Existen algunas acciones que se pueden hacer para lograr que no te suba la cuota de tu hipoteca variable.
La hipoteca es un derecho que vincula la propiedad de un bien para asegurar el cumplimiento de una obligación. Al pedir un préstamo a un banco, es viable que el banco pida como requisito constituir una hipoteca.
Hablamos entonces de préstamo hipotecario, nombrado comúnmente como “hipoteca”. Lo más común es solicitar un préstamo hipotecario para financiar la compra de una casa, vinculando como garantía el propio inmueble.
El prestatario (quien obtiene el dinero) se compromete, por medio de la firma de un contrato, a regresar la porción prestada más el importe que corresponde a los intereses, en cuotas mensuales y a lo largo de un plazo de tiempo definido.
En cualquier préstamo hipotecario existe la garantía de los prestatarios y la garantía del inmueble, o sea, que si no se atienden los pagos de la deuda, la entidad de crédito va a poder llevar ejecutar la casa.
Atendiendo al tipo de interés que se aplique al préstamo hipotecario, se distinguen 3 tipos de hipotecas:
Hipoteca variable
Una hipoteca variable es aquella en la que el importe de las cuotas mensuales cambia según lo realice un índice de alusión. El más reconocido es que este índice sea el Euríbor, que hace referencia al costo al que las entidades bancarias europeas se prestan dinero entre sí.
El tipo de interés que se aplica a la hipoteca está formado por el costo del Euríbor más un diferencial fijo.
Hipoteca fija
En las hipotecas fijas se aplica el mismo tipo de interés a lo largo de toda la vida del préstamo. El tipo de interés no está sujeto a ningún índice de alusión como el Euríbor, por consiguiente, la cuota mensual a abonar es continuamente la misma a lo largo de toda la hipoteca, aunque los tipos de interés del mercado suban o bajen.
Hipoteca mixta
Las hipotecas mixtas combinan el manejo de la hipoteca fija y la variable. Ejemplificando, a lo largo de los primeros 10 años de hipoteca se paga una cuota mensual fija, y a lo largo de lo demás del plazo hasta su vencimiento se aplica un tipo de interés variable que cambiará en funcionalidad del euríbor, según las revisiones pactadas en el contrato.
¿Se debe modificar la hipoteca de tipo variable a tipo fijo?
El Euríbor, que a cierre de abril se ha situado en el 0,013%, ha experimentado su primer registro mensual positivo desde hace 6 años.
Frente a la subida de este índice, son muchos los individuos que se preguntan si deberían modificar su hipoteca variable a tipo fijo para evadir que los intereses acaban incrementando de manera destacable la cuantía a regresar del préstamo.
No obstante, hay 2 escenarios probables, que una persona haya contratado ya su hipoteca o que no lo haya hecho todavía. En el primer supuesto, una alternativa es que se subroguen para no tener que entrar en gastos.
En el caso del segundo escenario, se sugiere mirar en el mercado, ya que aún las ofertas a tipo fijo resultan muy competitivas y aquello en un escenario a extenso plazo te asegura costear la misma cuota y estar tranquilo.
¿Qué se debe hacer para subrogarse?
En este método no se deja al banco con el que se está hipotecado sino que se acude a otras entidades a solicitar ofertas y es el propio banco el que se encarga de robar aquel comprador al otro banco.
La mayor parte de los bancos permanecen encantados frente a esta práctica.
Una de las enormes ventajas que tiene subrogarse es que fundamentalmente no posee costes, y los que logren existir casi constantemente los asume el nuevo banco.
Sin embargo, la subrogación solo es recomendable para que la lleven a cabo aquellos hipotecados que aún poseen por delante 10-15
Las hipotecas bonificadas, cuidado con ellas
De acuerdo a estudios especializados, en cuanto a las hipotecas bonificadas, tienen la posibilidad de dar por sentado para el comprador un desembolso de hasta 1.987,04 euros anuales más que si contrata una hipoteca del mismo importe, sin bonificación.
Las hipotecas bonificadas funcionan por medio de la reducción de los tipos de interés a cambio de la contratación de otros productos asociados como seguros o tarjetas.
El análisis constata que, de media, las hipotecas que se proponen con diferencial bonificado, o sea, el tipo de interés que se suma al Euríbor para obtener el costo de la hipoteca, son 580 euros anuales más caros que las que no permanecen bonificadas.
Finalmente, si se tiene una hipoteca variable se debe considerar, ante la subida del Euríbor, hacer una modificación del tipo de hipoteca, con lo que de seguro estarás más tranquilo, especialmente si aún te quedan más de una década de pagos por delante.