Gracias a la adquisición de hipotecas las personas pueden obtener préstamos por parte de las entidades bancarias. Ellas se comprometen con estos entes en devolver el monto total del préstamo, más los intereses acumulados, en un determinado plazo de tiempo. A continuación te detallamos los pasos para pedir una hipoteca.
Mayormente el financiamiento de las hipotecas suele alcanzar hasta el 80% del valor del importe; aunque existen bancos que financian hasta el 100%, es decir el precio total de compraventa el inmueble.
Las personas deciden hacer este tipo de operaciones bancarias cuando necesitan adquirir una vivienda o inmuebles y no cuentan con la suma total de su costo. Así que, si este es tu caso y deseas acrecentar tu patrimonio, debes tener presente algunos requisitos y condiciones que imponen los bancos para su concesión.
¿Cómo solicitar una hipoteca?
Lograr conseguir una hipoteca sólo es posible si se cumplen ciertos requisitos. Después de la crisis hipotecaria de la década de los 2000 se modificaron las políticas bancarias para el financiamiento de estos préstamos.
Esto hizo que la formalidad para pedir una hipoteca también se modificará. Estas condiciones las colocan los centros financieros para asegurar la inversión que hacen en el préstamo hipotecario.
Si la persona cuenta con todos o al menos la mayoría de ellos aumenta su posibilidad de adquirir una hipoteca. Veamos a continuación cada uno de ellos.
Contar con ingresos bancarios
Los ingresos bancarios hablan acerca de la capacidad que tienen las personas para cumplir con el reembolso del préstamo hipotecario.
Así que, contar con fuentes de ingresos que sean estables y seguras juega un papel fundamental en la concesión de las hipotecas. El primer requisito que piden las entidades bancarias es que las personas cuenten con un trabajo a largo plazo y que incluso tengan cierta antigüedad en el mismo.
Aunado a ello, es necesario que el sueldo sea elevado y permanente. Esto representa la mayor garantía que tiene el banco para la devolución efectiva del dinero prestado y que el hipotecado pueda hacer frente de los gastos derivados de la compraventa del inmueble. Además, es un indicativo de que la persona cuenta con buen perfil financiero.
En la mayoría de los casos es imperativo que los ingresos sean mensuales, o en el menor de los casos que tengan una frecuencia asegurada.
Ya sean ingresos por nómina de trabajo, ocupaciones autónomas, rentas de alquiler y/o pensiones, lo que le importa al banco es que la persona cuente con la entrada de dinero suficiente para cumplir con la cuota de la hipoteca.
Algunas entidades bancarias exigen una cantidad mínima mensual que se encuentra alrededor de los 2.000 euros mensuales. Es importante conocer que el porcentaje de endeudamiento no debe superar el 40% respecto a los ingresos de la persona.
En otras palabras, nunca se concederá un crédito cuya cuota sea igual a la mitad de los ingresos mensuales de los usuarios, mucho menos que los supere.
Solicitar los servicios de un Bróker inmobiliario
Un bróker inmobiliario es un intermediario entre la entidad bancaria que financia el préstamo y la persona que lo solicita. Es decir, es un puente entre el prestamista y el prestatario.
La función principal de estos agentes es conseguir la documentación económica necesaria para llevar a cabo la negociación de la hipoteca
Por tanto, contar con los servicios de un bróker financiero le puede asegurar a la persona un trámite que pueda ser efectivo.
Estos profesionales de la negociación cuentan con buenas habilidades para la concesión financiera y finiquitar contratos hipotecarios. Además, muchos de estos asesores financieros poseen contactos dentro de los bancos que facilitan la negociación en mejores términos de los préstamos hipotecarios.
Sin embargo, la labor de un bróker financiero tiene un costo. La comisión de sus servicios suele representar entre el 1% y el 5% del valor de la hipoteca.
Tener dinero ahorrado
Sea cual sea el valor total del financiamiento del banco, la persona debe contar con cierto dinero ahorrado para hacer frente a los gastos extras de la hipoteca.
En el caso de que financiamiento sea del 100% de la compraventa y el 80% del valor de tasación, la persona debe tener ahorrados todos los gastos de la compraventa. Si el valor de la compraventa y el de tasación es del 80%, el cliente está obligado a tener dinero para hacer frente a los gastos extras y al 20% que resta del precio del inmueble.
Es importante mencionar que este último caso es el más frecuente, ya que lograr el crédito de una hipoteca al 100% es difícil.
Estar al día con otras deudas
Estar solvente de deudas previas y no tener ningún tipo de endeudamiento es un requisito igual de importante que los anteriores.
La entidad bancaria necesita asegurar que el dinero prestado sea devuelto en el plazo acordado, si la persona tiene a su haber algún impago habla acerca de su incumplimiento con un préstamo previo.
Por tanto, el solicitante debe demostrar que no va a tener problemas en pagar las cuotas. A pesar de que algunas entidades ofrecen préstamos para personas que se encuentran en ASNEF, no es lo más común y colocan algunas condiciones extras para garantizar su pago.
Para el bien tanto del banco prestamista como del prestatario este requisito debe cumplirse.
Disponer de garantías extras
En caso de que la persona no cuente con dinero ahorrado o no esté al día con otras deudas, el banco puede considerar otorgar la hipoteca si este cuenta con un aval bancario.
El aval se convierte de esta manera en la garantía extra que la entidad bancaria necesita para dar el préstamo. Esta doble garantía puede ser representada por otro inmueble del cual la persona es propietaria o por el respaldo de un avalista.
Si en el momento de la negociación el solicitante ofrecer otra propiedad como garantía adicional le otorga mayor confianza al banco para aceptar la petición bajo estos términos.
Igualmente, contar con una persona que responda por la deuda del cliente, en caso de que este no pueda con el pago, cuenta como aval bancario.
En caso de que el prestatario no cumpla con el pago, este avalista deberá hacerlo. Finalmente, se tiene que tener presente que cualquiera que sea el aval bancario conlleva consigo algunos riesgos y consecuencias.
Por ejemplo, si el aval es un auto se restringe su uso y puede hasta perderlo. De manera similar el comprometer a otra persona para que asuma los gastos la obliga legalmente a cumplir, incluso con su patrimonio y bienes.
En caso de que esta persona muera esta obligación pasará a adquirirla sus herederos.