La recuperación tras el COVID-19 está empezando ahora, pero de una manera muy sigilosa. Hay que tener cuidado con “sobreadeudarse”, es decir, aunque estemos comenzando a salir de esta crisis por la pandemia mundial las cosas aún tienen que estabilizarse y mejorar mucho más. La idea principal es conseguir más ahorro y menos intereses.
Es por eso por lo que debemos de tomar decisiones correctas, un gasto adecuado, búsqueda de ayudas y ahorro y apostar por la eficiencia (hipoteca verde).
Uno de los primeros puntos que debemos de tener en cuenta es el 30%. Las entidades no suelen conceder más del 80% de la tasación en la hipoteca, el cliente tendrá que aportar un ahorro por el 20% restante como entrada. Casi otro 10% se va en gastos de tramitación e impuestos asociados.
Esto significa que para una vivienda de 120.000 € se necesitan tener ahorrados aproximadamente unos 25.000 € que asciende muchísimo más en tasaciones de valor más alto.
“Hay quien prefiere aportar todos sus ahorros y así afrontar una cuota mensual menor. Y hay quien, dado el entorno de tipos bajos, prefiere no descapitalizarse y aprovechar la situación para solicitar el máximo de hipoteca posible”, plantea Lidia Subirà, responsable de estudios de Trioteca. Toca hacer balance, porque “en algunas ocasiones aportar más ahorro en la solicitud puede aparejar mejores condiciones”.
Interés
El interés de las hipotecas a tipo fijo sale más rentable a largo plazo, al menos para estar tranquilo durante todo el periodo de pago.
“La mayoría no conoce bien cuál es su capacidad de endeudamiento y qué vivienda se puede permitir”, advierten en Trioteca. La mayoría de personas se olvida de este porcentaje. Este 35% es el tope de ingresos que se deben de dedicar al pago de cuotas de la hipoteca. Es decir, cada mensualidad no deberá de superar el 35% total de los ingresos generados.
Aparte de que hay entidades bancarias que no te conceden la beca si el cálculo sale superior a 35, arriesgarse a dedicar más del 35% al pago de una cuota es ponerse en riesgo económico sin sentido alguno.
“Lo recomendable es que la hipoteca no sea superior al 30% de nuestros ingresos brutos mensuales, para que podamos hacer frente a otros gastos y, además, tengamos la capacidad de ahorrar”, defiende Cátia Alves, directora de sostenibilidad y RSC en Unión de Créditos Inmobiliarios (UCI).
En esta pasada crisis por el COVID-19, muchas familias se vieron afectadas al ser despedidos de su puesto laboral.
Es muy importante cumplir este porcentaje, ya que mejora la situación general del sector. Ahora el scoring del cliente (el análisis que hace la entidad antes de conceder el préstamo) “se ha hecho más riguroso, y los perfiles menos solventes encontrarán más dificultad para obtener financiación”, alerta Carles Solé, gerente de formalización hipotecaria en Tecnotramit, especializada en servicios financieros e inmobiliarios.
Actualmente se estudia si los ingresos son suficientes para poder soportar la cuota, la proyección a futuro y el nivel de ahorros para la entrada y los gastos.
Siempre pueden ser algo más exigentes: “La financiación no fluye con los criterios laxos que se requerían años atrás”, expone Solé. “Las entidades financieras están concediendo préstamos con un nivel menor de riesgo, ya que estudian mejor la situación económica y financiera”, añade Alves, recordando que antes del crac del ladrillo se daba incluso más del 100% del valor de la vivienda.
También es importante decidir si el tipo de hipoteca que queremos es el tipo fijo o tipo variable. Las hipotecas variables no generan tanta confianza como las de tipo fijo. De hecho, las hipotecas de tipo fijo ganan por goleada, “Garantiza la estabilidad durante toda la vida de la hipoteca y evita el riesgo de variación futura que implica el variable. Para los que quieran estabilidad es un buen momento para contratar a tipo fijo”, argumenta Subirà.
Si ya cuentas con un préstamo activo, es recomendable optar por el modelo variable para conseguir más seguridad y reducir el riesgo por el plazo pendiente.
Alternativas
Las hipotecas verdes están ganándose la confianza de muchas personas. Mejoran las condiciones y mejoran el consumo energético.
En la situación en la que nos encontramos encontrar una manera de ahorrar en nuestra hipoteca es complicado, con esta alternativa es posible, ya que se pueden conseguir descuentos muy elevados.
“UCI destaca que se ofrecen bonificadas con hasta 10 puntos básicos sobre el diferencial del interés, rebajan la aportación inicial y no tienen comisiones. Resulta más beneficiosa que la convencional”, dice Alves.